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Fractura de Peroné y Tibia: Causas, Síntomas y Complicaciones

Imagen con diferentes tipos de formas en las que una persona se puede fracturar

Las fracturas de tibia y peroné son lesiones comunes que pueden presentar desafíos significativos en la recuperación. Entender las causas, síntomas y complicaciones es fundamental para abordar estas fracturas de manera efectiva. Desde lesiones deportivas hasta accidentes cotidianos, conocer los factores desencadenantes y cómo identificar los signos tempranos es crucial para la pronta atención médica. Explorar en detalle los síntomas que podrían surgir, junto con las posibles complicaciones durante el proceso de curación, es clave para brindar una visión integral sobre estas lesiones óseas. ¡Vamos a desglosar los elementos clave que rodean las fracturas de tibia y peroné!

¿Qué es una Fractura de Peroné y Tibia?

Una fractura de peroné y tibia es una lesión ósea que afecta tanto al peroné como a la tibia, dos huesos largos ubicados en la pierna. Estas fracturas pueden variar en gravedad y pueden ocurrir en diferentes partes de los huesos.

La tibia es el hueso más grande y principal de la parte inferior de la pierna, mientras que el peroné es más delgado y se encuentra junto a la tibia. Ambos huesos son fundamentales para soportar el peso corporal y proporcionar estabilidad a la pierna y el tobillo.

Las fracturas de peroné y tibia pueden ocurrir debido a diversos tipos de trauma, como accidentes automovilísticos, caídas desde una altura, lesiones deportivas o traumatismos directos en la pierna. Dependiendo de la fuerza y el tipo de lesión, la fractura puede ser cerrada (sin romper la piel) o abierta (donde el hueso rompe la piel y se expone al exterior), lo que puede aumentar el riesgo de infección.

Los síntomas comunes de una fractura de peroné y tibia incluyen dolor intenso, hinchazón, deformidad visible, dificultad para mover o cargar peso en la pierna afectada, y en casos de fracturas abiertas, la presencia de una herida visible en el sitio de la lesión.

El tratamiento de estas fracturas depende de varios factores, como la ubicación y la gravedad de la fractura, la presencia de lesiones adicionales y la salud general del paciente. Puede incluir desde la inmovilización con un yeso o una férula hasta la cirugía para alinear y estabilizar los huesos con clavos, placas o tornillos. La rehabilitación con fisioterapia también es importante para ayudar en la recuperación, restaurar la fuerza y ​​la función, y prevenir complicaciones a largo plazo.

Causas de las Fracturas de Peroné y Tibia:

imagen donde aparece una persona en moto, una pierna siendo golpeada, una persona con dolor y un esqueleto que se le quebra el brazo

Lesiones de Baja Energía: Estas incluyen caídas desde el nivel del suelo o lesiones deportivas donde la fuerza aplicada al hueso no es muy intensa.

Lesiones de Alta Energía: Estas ocurren en accidentes graves como choques de vehículos, atropellos por vehículos o heridas de bala, involucrando fuerzas muy intensas.

Síntomas Comunes:

  • Dolor: Los pacientes pueden experimentar dolor en la pierna y pueden tener dificultades para caminar.
  • Hinchazón: La zona afectada tiende a hincharse.
  • Incapacidad para Caminar: En casos de fractura de tibia, caminar puede ser muy difícil. Sin embargo, si solo se fractura el peroné, a veces es posible caminar.

Tipos de Fracturas de Peroné y Tibia:

  • Fracturas de la Plataforma Tibial: Estas ocurren debido a una carga axial con fuerzas de valgo o varo, como en caídas desde altura o colisiones con automóviles. La parte lateral de la plataforma tibial se fractura con más frecuencia.
  • Fracturas del Tubérculo Tibial: Suelen ocurrir durante actividades que involucran saltos, como baloncesto, clavados, fútbol y gimnasia. Son más comunes en adolescentes.
  • Fracturas de la Eminencia Tibial: Resultan de un traumatismo en la parte inferior del fémur mientras la rodilla está flexionada, como caerse de una bicicleta o una hiperextensión de la rodilla. Son más frecuentes en niños de 8 a 14 años.
  • Fracturas del Eje Tibial: Por lo general, están relacionadas con un historial de traumatismo importante, pero existe una excepción llamada “fractura del niño pequeño”, que es una fractura en espiral que ocurre con traumas menores en niños que están aprendiendo a caminar.
  • Fracturas del Plafón Tibial: Estas resultan de una carga axial de alta energía o fuerzas rotacionales de menor energía. A menudo requieren cirugía para tratarlas.
  • Fracturas de Maisonneuve: Son raras y generalmente involucran una fuerza de pronación-rotación externa.
  • Fracturas por Estrés de Tibia y Peroné: Pueden ocurrir debido a tensiones repetitivas en el hueso, comunes en atletas, a menudo relacionadas con cambios en la rutina de entrenamiento.
  • Fracturas en Pacientes con Osteoporosis: Incluso una lesión aparentemente menor puede causar fracturas en personas con osteoporosis debido a la fragilidad de sus huesos.
4 imágenes donde se aprecian los huesos de la pierna y el brazo

Planificación de la Recuperación


La planificación de la recuperación de una fractura de peroné y tibia es crucial para asegurar una rehabilitación exitosa y una vuelta segura a la actividad normal. Aquí hay una serie de pasos a seguir para una buena planificación:

  1. Evaluación médica inicial: Después de la lesión, es fundamental buscar atención médica de inmediato. Un médico evaluará la gravedad de la fractura mediante exámenes físicos y pruebas de diagnóstico por imágenes, como radiografías o tomografías computarizadas, para determinar el tipo y la extensión de la lesión.
  2. Establecimiento de un plan de tratamiento: Una vez que se haya diagnosticado la fractura, el médico trabajará en conjunto con el paciente para desarrollar un plan de tratamiento individualizado. Esto puede incluir opciones de tratamiento no quirúrgico, como la inmovilización con yeso o férulas, o tratamiento quirúrgico con placas, tornillos o clavos intramedulares para estabilizar los huesos.
  3. Cirugía (si es necesario): Si la fractura es grave o inestable, puede requerir cirugía para realinear y estabilizar los huesos. Durante la cirugía, el cirujano ortopédico colocará hardware especializado para mantener los fragmentos óseos en su lugar mientras se curan.
  4. Seguimiento médico regular: Durante el proceso de recuperación, es importante asistir a citas de seguimiento programadas con el médico para evaluar el progreso de la curación y realizar ajustes en el tratamiento según sea necesario.
  5. Rehabilitación y fisioterapia: Una vez que la fractura comienza a sanar, se iniciará un programa de rehabilitación y fisioterapia para ayudar a restaurar la fuerza, la movilidad y la función en la pierna afectada. Esto puede incluir ejercicios de estiramiento, fortalecimiento y equilibrio, así como técnicas de terapia manual y modalidades de tratamiento para reducir el dolor y la inflamación.
  6. Seguir las indicaciones del médico: Es importante seguir todas las instrucciones y recomendaciones del médico durante el proceso de recuperación, incluido el tiempo de inmovilización, el uso de dispositivos de asistencia como muletas o andadores, y el cumplimiento de los ejercicios de rehabilitación prescritos.
  7. Adoptar un estilo de vida saludable: Durante la recuperación, es fundamental mantener un estilo de vida saludable que incluya una alimentación equilibrada, descanso adecuado y evitar actividades que puedan retrasar la curación o aumentar el riesgo de lesiones adicionales.

Siguiendo estos pasos y trabajando en estrecha colaboración con el equipo médico, los pacientes pueden optimizar su proceso de recuperación y mejorar sus posibilidades de una recuperación completa y exitosa.

Síntomas y Complicaciones:

imagen de una persona pasando por complicaciones de su fractura
  • Durante el examen físico, se buscan signos como hinchazón, hematomas y sensibilidad al tacto en la pierna. Las deformidades graves se deben inmovilizar.
  • Se realiza una evaluación neurológica y vascular para verificar la función nerviosa y el flujo sanguíneo. Si hay problemas, se puede requerir una reducción de fractura de emergencia.
  • Las fracturas abiertas, con herida en la piel, requieren antibióticos y consulta ortopédica de emergencia.
  • Las fracturas de la plataforma tibial a menudo presentan inflamación de la rodilla y pueden estar relacionadas con lesiones ligamentosas.
  • Complicaciones posibles incluyen compromiso neurovascular, síndrome compartimental, lesión del nervio peroneo, infección, gangrena, osteomielitis, falta de unión, mala unión, amputación, artritis post-traumática, embolia grasa y tromboembolismo venoso.

Cuidados Postoperatorios

Los cuidados postoperatorios después de una fractura de peroné y tibia son fundamentales para garantizar una recuperación exitosa y prevenir complicaciones. Aquí hay una descripción detallada de los posibles cuidados:

  1. Control del dolor: Se pueden recetar analgésicos para controlar el dolor postoperatorio. Es importante seguir las instrucciones del médico en cuanto a la dosis y el horario de los medicamentos para evitar el dolor excesivo.
  2. Inmovilización: Dependiendo del tipo de cirugía realizada y la estabilidad de la fractura, es posible que se requiera inmovilización con yeso, férulas o dispositivos ortopédicos especiales. Esto ayuda a mantener los huesos en posición mientras sanan.
  3. Elevación y descanso: Elevar la pierna afectada por encima del nivel del corazón puede ayudar a reducir la hinchazón y mejorar el flujo sanguíneo. Es importante descansar lo suficiente para permitir que el cuerpo se recupere adecuadamente.
  4. Cuidado de la herida: Si se realizó una incisión durante la cirugía, es importante mantener limpia y seca la herida para prevenir infecciones. Se pueden proporcionar instrucciones específicas sobre cómo cuidar la herida y cuándo cambiar los apósitos.
  5. Terapia física y rehabilitación: Una vez que el médico lo indique, se iniciará la terapia física y rehabilitación. Esto puede incluir ejercicios de movilidad, fortalecimiento muscular, estiramientos y técnicas de fisioterapia para ayudar a restaurar la función y la fuerza en la pierna afectada.
  6. Uso de dispositivos de asistencia: Durante el período de recuperación, es posible que se necesiten dispositivos de asistencia como muletas, andadores o sillas de ruedas para moverse de manera segura y evitar poner peso en la pierna afectada.
  7. Seguimiento médico regular: Es importante asistir a todas las citas de seguimiento programadas con el médico para evaluar el progreso de la curación, realizar radiografías de control y ajustar el plan de tratamiento según sea necesario.
  8. Dieta saludable y suplementos: Una dieta rica en nutrientes puede ayudar en el proceso de curación. Se pueden recomendar suplementos de calcio, vitamina D y otros nutrientes para promover la salud ósea y acelerar la recuperación.

Siguiendo estos cuidados postoperatorios y trabajando en estrecha colaboración con el equipo médico, se puede optimizar el proceso de recuperación después de una fractura de peroné y tibia, mejorando las posibilidades de una recuperación completa y sin complicaciones.

Manejo del Dolor

El manejo del dolor durante la recuperación de una fractura de peroné y tibia es crucial para garantizar la comodidad del paciente y facilitar el proceso de curación. Aquí hay varias formas de manejar el dolor:

  1. Medicamentos analgésicos: Se pueden recetar analgésicos de venta libre o medicamentos más fuertes bajo prescripción médica para controlar el dolor. Los analgésicos como el paracetamol o el ibuprofeno pueden ser útiles para el dolor leve a moderado, mientras que los opioides pueden ser necesarios para el dolor más intenso. Es importante seguir las indicaciones del médico en cuanto a la dosis y la duración del tratamiento.
  2. Terapia de frío y calor: La aplicación de compresas frías o bolsas de hielo en el área afectada puede ayudar a reducir la inflamación y aliviar el dolor. Alternativamente, la aplicación de calor, como una almohadilla térmica o una bolsa de agua caliente, puede ayudar a relajar los músculos y aliviar la rigidez y el malestar.
  3. Elevación de la pierna: Elevar la pierna afectada por encima del nivel del corazón puede ayudar a reducir la hinchazón y mejorar el flujo sanguíneo, lo que puede aliviar el dolor. Se recomienda colocar almohadas debajo de la pierna para mantenerla elevada mientras se está sentado o acostado.
  4. Técnicas de relajación: Practicar técnicas de relajación, como la respiración profunda, la meditación o el yoga, puede ayudar a reducir la sensación de dolor y la ansiedad asociada con la lesión. Estas técnicas pueden ayudar a desviar la atención del dolor y promover una sensación de bienestar general.
  5. Terapia física y ejercicios suaves: Seguir un programa de terapia física supervisado por un profesional puede ayudar a mejorar la movilidad, fortalecer los músculos circundantes y acelerar el proceso de curación. Los ejercicios suaves, como la flexión y extensión de los dedos del pie y los ejercicios de movilidad de la articulación del tobillo, pueden ayudar a mantener la flexibilidad y prevenir la rigidez.
  6. Masaje terapéutico: El masaje terapéutico puede ayudar a aliviar la tensión muscular, mejorar la circulación sanguínea y reducir el dolor. Se recomienda que el masaje sea realizado por un terapeuta con experiencia en el tratamiento de lesiones musculoesqueléticas para evitar complicaciones.
  7. Técnicas de distracción: Mantenerse ocupado con actividades que distraigan la mente del dolor, como leer, ver televisión, escuchar música o practicar hobbies, puede ayudar a reducir la percepción del dolor y mejorar el estado de ánimo del paciente.

Es importante comunicarse con el médico o el equipo de atención médica para discutir las opciones de manejo del dolor y determinar el enfoque más adecuado para cada situación individual.

Movilidad y ejercicios terapéuticos

La recuperación de una fractura de peroné y tibia puede beneficiarse enormemente de una serie de ejercicios terapéuticos y de movilidad diseñados para restaurar la fuerza, la flexibilidad y la función normal del tobillo y la pierna afectada. Aquí hay algunos ejercicios recomendados:

  1. Movilizaciones pasivas y activas del tobillo: Estos ejercicios implican mover el tobillo en todas las direcciones posibles, como la flexión dorsal (hacia arriba) y plantar (hacia abajo), la inversión (hacia adentro) y la eversión (hacia afuera). Esto ayuda a restaurar la movilidad articular y a prevenir la rigidez.
  2. Ejercicios de flexión y extensión de los dedos del pie: Sentado o acostado, flexiona y extiende los dedos del pie de la pierna afectada varias veces. Esto ayuda a mantener la movilidad de los dedos y estimula la circulación sanguínea en el pie.
  3. Círculos con el pie: Realiza círculos completos con el pie en ambas direcciones, comenzando con movimientos pequeños y aumentando gradualmente el rango de movimiento. Esto ayuda a mejorar la flexibilidad del tobillo.
  4. Ejercicios de resistencia: Usa bandas elásticas o una toalla enrollada para proporcionar resistencia mientras realizas ejercicios de flexión y extensión del tobillo. Esto ayuda a fortalecer los músculos de la pierna y el pie.
  5. Caminatas con carga gradual de peso: Comienza con caminatas cortas apoyando parte del peso corporal en la pierna afectada con la ayuda de muletas o un andador, y luego aumenta gradualmente la carga de peso a medida que la pierna se fortalece.
  6. Elevación de talones y dedos: Párate con los pies apoyados en el suelo y levanta los talones hacia arriba, luego baja lentamente. Luego, levanta los dedos del pie hacia arriba mientras mantienes los talones en el suelo y luego baja lentamente. Estos ejercicios ayudan a fortalecer los músculos de la pantorrilla y mejorar el equilibrio.
  7. Equilibrio y propiocepción: Practica ejercicios de equilibrio, como pararte en un solo pie o pararte sobre una superficie inestable, como una almohada o un cojín de espuma. Esto ayuda a mejorar la propriocepción y la estabilidad del tobillo.

Es importante realizar estos ejercicios bajo la supervisión de un fisioterapeuta o un profesional médico, quien puede adaptar el programa de ejercicios según las necesidades individuales del paciente y garantizar una recuperación segura y efectiva. Además, es fundamental seguir las recomendaciones médicas y evitar forzar el tobillo o la pierna durante la recuperación.

Conclusión

En resumen, las fracturas de tibia y peroné pueden ser causadas por varios tipos de lesiones, presentar síntomas característicos y conllevar complicaciones que requieren atención médica adecuada. Es importante buscar tratamiento y seguimiento médico si se sospecha una fractura.

Para proporcionar la información se tomo como referencia la siguiente fuente, se las comparto en caso de que quieran profundizar mas en el tema: Tibia and Fibula Fracture Management in the ED Clinical Presentation.