Introducción
Mi vida cambió drásticamente en una fría madrugada mientras me dirigía al trabajo por un accidente en moto. Una camioneta que me impacto lateralmente resultó en la fractura de mi pierna izquierda, justo a la altura de la defensa del vehículo. Afortunadamente, fui operado el mismo día, lo que involucró la colocación de un fijador externo que tuve que llevar durante un mes. Posteriormente, sometido a otra cirugía, se insertó un clavo intramedular en mi tibia la cual llevo hasta el día de hoy.
El Accidente en Moto
Eran las 6:40 am y transitaba por una avenida con poco tráfico, cuando a una cuadra de distancia, noté una camioneta que parecía preparada para dar vuelta. Al continuar avanzando y ver que no avanzaba, supuse que me daría paso, ¡ese fue mi primer error!, porque en lugar de eso, aceleró cuando me aproximé. Cometí mi segundo error al intentar esquivarla, porque esto resultó en un impacto directo en mi pierna izquierda. Mi instinto me hizo acelerar y girar hacia el lado contrario, pero la defensa de la camioneta hizo contacto con mi pierna. Afortunadamente, salí proyectado, evitando quedar debajo de la camioneta junto a la moto. Mi moto quedó atrapada, pero al menos yo estaba a salvo. Aunque nunca había contratado un seguro para la moto, el conductor de la camioneta sí tenía uno, por lo que esperamos a que llegara la ambulancia enviada por su aseguradora. Sin embargo, alguien solicitó una ambulancia a urgencias, quienes me inmovilizaron la pierna y aconsejaron esperar la atención del seguro debido a la fractura expuesta.
Primeras Atenciones
En urgencias, me administraron antibióticos para prevenir infecciones y realizaron radiografías. Después de una hora, un médico llegó, evaluó mi estado y decidió que era necesario realizar una limpieza quirúrgica para retirar un fragmento de mezclilla que se había atascado en el hueso. Esta fue la experiencia más dolorosa que he pasado, ya que no me administraron suficiente anestesia inicialmente. Luego, fui trasladado a una habitación para esperar mi cirugía.
Conociendo a mi Médico
El médico que me operó era competente, pero carecía de empatía y habilidades de comunicación. Estaba en la habitación esperando para la cirugía, cuando ingresaron dos médicos y me informaron sobre la naturaleza de mis cirugías. La primera consistía en limpiar la herida, reposicionar el hueso y colocar un fijador externo. El objetivo de este dispositivo era mantener la tibia en su lugar y facilitar su extracción en caso de infección o complicaciones. Se planeaba realizar la segunda cirugía en aproximadamente uno o dos meses para insertar un clavo intramedular en la tibia. Antes de la primera cirugía, firmé un formulario con un dibujo del cuerpo humano donde tenia que marcar la ubicación donde se realizaría la operación. Luego, me llevaron al quirófano, donde experimenté la anestesia raquídea y, finalmente, quedé dormido durante la cirugía.
Las Primeras Semanas de Recuperación
Mi primera noche después de la cirugía fue tranquila, y la cena me la devoré debido a que había pasado más de 12 horas sin comer. Al día siguiente, un traumatólogo revisó mi estado y me sorprendió al pedirme que levantara la pierna. Además, verificó la circulación sanguínea en mi pie y me recomendó realizar cada hora ejercicios de movilidad regularmente (los ejercicios del video yo no los conocía en este momento de la recuperación, pero creo que te pueden funcionar muy bien), incluyendo la formación de números y letras con la pierna. También señaló la importancia de mantener una buena higiene en la herida.
Cuando finalmente me dieron de alta, en casa enfrenté desafíos, como dormir incómodamente debido a la falta de ajuste en la cama. Sin embargo, con ejercicios frecuentes y una higiene adecuada, las cosas empezaron a mejorar. También enfrenté dificultades para realizar actividades cotidianas, como ir al baño, pero con esfuerzo y paciencia, superé estos obstáculos.
De Vuelta a Casa después de la primera Cirugía
Un cuidado adicional que yo realice y creo que me funciono, fue el colocar abundante crema en las heridas(la que te proporciona el doctor al darte de alta) en la parte donde salen las varillas del fijador, esto para evitar que algo externo ingrese, adicional también colocaba una gasa bien apretada en cada par de estas varillas y con la venda hacia presión para que no se moviera de ese lugar. Te dejo el link de una pagina con información de la crema que me dieron, esta es solo una de muchas opciones que hay en el mercado.
En casa, intenté mantener una rutina de ejercicios para recuperar la movilidad y evitar complicaciones. También descubrí algunos trucos para aliviar el dolor (masajear la pierna y ayudar a incrementar la movilidad de las articulaciones de la pierna) y la hinchazón (colocar hielo y mantener la pierna elevada). Mantener una alimentación saludable y evitar depender en exceso de medicamentos para el dolor fue crucial para mi recuperación. Tenemos que permanecer con el fijador mínimo un mes (idealmente), pasado ese tiempo te mandaran a realizar estudios para confirmar que estas en buenas condiciones para la próxima cirugía, en mi caso al día siguiente de salir con buenos resultados en los estudios, me realizaron la segunda cirugía.
Esas manchas debajo del colgajo son normales, al inicio me asustaron porque creí que era señal de infección, pero mi traumatólogo me explico que era normal debido a todo lo que se lastimo internamente esa parte, por eso se forma algo parecido a una costra que se empieza a formar desde adentro, en su momento me explico de forma más detallada pero ahora ya no recuerdo muy bien, pero en cuanto tenga el dato completo se los compartiré.
De Vuelta a Casa después de la segunda Cirugía
Los primeros 15 días después de la segunda cirugía fueron críticos para descartar complicaciones. Durante este período, enfoqué mis esfuerzos en ejercicios específicos de movilidad en la rodilla y el tobillo. Mi médico también me instruyó sobre el material utilizado (Titanio) y las opciones de tratamiento futuro, como un injerto de piel.
Rehabilitación
La recuperación después de la segunda cirugía fue más lenta y desafiante, pero perseveré con ejercicios y caminatas regulares. Gradualmente, empecé a cargar más peso en la pierna y realicé ejercicios adicionales para recuperar la movilidad y la fuerza. También mantuve una comunicación abierta con mi médico y me aseguré de seguir sus recomendaciones. Te comparto imágenes de las vitaminas que me recomendaron y funcionaron, no te estoy diciendo que compres exactamente esas marcas, pero son las que yo encontré con las especificaciones que me dio mi medico (1gr de Vitamina D y 1gr de Calcio).
Conclusiones
Mi experiencia después del accidente en motocicleta fue un viaje difícil, pero también una lección valiosa. Aprendí la importancia de la perseverancia, la paciencia y la comunicación efectiva con los profesionales médicos. La rehabilitación requirió esfuerzo y dedicación, pero hoy puedo caminar sin secuelas evidentes, agradecido por haber superado este desafío en mi vida. Si alguna vez te encuentras en una situación similar, recuerda la importancia de cuidar de ti mismo y de seguir las indicaciones médicas para una recuperación exitosa.